jueves, 27 de mayo de 2010

Aprendiendo a manejar el stress


Hasta hace algunas semanas, los mercados globales se habían caracterizado por una calma casi sobrenatural, los precios de las acciones crecían con modestia, el spread de los bonos se mantuvo en un rango razonable, y la actividad de fusiones y adquisiciones, y de nuevas ofertas públicas seguía mostrando buenos signos de progreso. Las empresas han estado reportando ganancias asombrosas incluso en una economía global inestable, y los ingresos reportados casi siempre han rebasado las expectativas de los analistas.
Pero luego tosió Grecia y los medios de comunicación aprovechan la coyuntura para incrementar su decaído rating. Grecia parece una excusa mezquina - el paquete de rescate de 140 mil millones dólares para Grecia es inferior a los US $ 180 millones que le costó al gobierno de los EE.UU. tan solo el rescatar a AIG en octubre de 2008, y la deuda de los griegos no ha sido empaquetada en billones de dólares de productos derivados ni revendida en forma de una burbuja como lo fueron los millones de préstamos de vivienda en 2007 y 2008.
Solíamos hablar de la brecha entre Wall Street y Main Street. Ahora podemos añadir que la brecha también existe entre los mercados financieros globales y las economías del mundo real. La bolsa de Shanghai, por ejemplo, ha bajado a un ritmo de dos dígitos este año cuando la economía de china se está expandiendo a una tasa del 10%. A pesar de que EE.UU. sigue profundamente preocupado por el mercado del crédito y extremadamente cuidadoso por la regulación de sus bancos, la actividad económica en general sigue siendo enorme y continua en franca expansión.
La Unión Europea -con todos sus defectos- es el hogar que acumula una inmensa riqueza; una de las mayores del planeta - y es más que suficiente para manejar los retos de Grecia, España y Portugal juntos.
Lo mismo se puede comentar de Asia, América Latina, Australia e India, los dos últimos años no han sufrido una “Gran Recesión”, sino todo lo contrario - han tenido una época de prosperidad sin precedentes, de baja inflación y con una confianza creciente.Recurrentemente los mercados financieros se han caracterizado por tener una fina y delgada línea entre el éxtasis y el pánico, entre el sentimiento de tener un desarrollo económico estable y el miedo de un nuevo abismo económico. Los mercados financieros globales están teniendo que adaptarse cada vez más a la presencia de esos sentimientos masivos, crisis emocionales con tecnología “enhanced”; un poco similar al fenómeno social sufrido durante la era nuclear después de la Segunda Guerra Mundial. En aquel tiempo, el miedo de que una bomba nuclear estallaría y con ella la propagación de una nube radioactiva mortal, con la consecuente propagación viral por todo el mundo era noticia en los diarios.
Fueron comunes las imágenes con gente acurrucada debajo de los escritorios de las oficinas y otros mas corriendo hacia los refugios antiaéreos usando cámaras antigas y trajes antiradiactivos.
Después de algún tiempo las cosas empezaron a calmarse y el mundo empezó a reconocer que la destrucción en masa era siempre posible - pero muy poco probable. La psicología del mercado actual y sus posibles consecuencias serían más preocupante salvo por un hecho: La increíble cantidad de dinero liquido que se encuentra dando vueltas al mundo hoy en día - miles de millones en efectivo, miles de millones en fondos de bonos soberanos en bancos centrales, y billones en los balances de las empresas. Hoy en día la cantidad de liquidez que existe en el mundo es de tal magnitud que solo eso es suficiente argumento para tener la tranquilidad de que los mercados siempre regresaran a su correcta dimensión, a su correcta valuación.
Las últimas semanas han sido un recordatorio de que el sistema financiero global sigue sufriendo de ese fenómeno social masivo y susceptible que es el miedo.
Pero también son un buen recordatorio que lo que sucede en los mercados financieros no es sinónimo de lo que sucede en las economías del mundo real.
Y como en muchas actividades de la vida humana,- las personas como los mercados financieros- , mas pronto que tarde terminan por ubicarse en su correcta dimensión.